lunes, 29 de julio de 2019

La llama de Cullum arde en el Real








                                    

                                  

Nueva cita con el talentoso pianista de pop jazz Jamie Cullum, esta vez el escenario fue mas regio que de costumbre. El teatro real de Madrid acogió esta calurosa noche de Julio a un artista con mayúsculas, dentro del ciclo Universal Music Festival.
Curioso ver a este gran músico, cantante y compositor, bregado desde joven en los tugurios de jazz de Romford y al que hemos visto en garitos como la sala But o La Riviera, rodeado de palcos aterciopelados y luminarias de alta alcurnia, para ofrecernos en esta ocasión el último trabajo después de cinco años, su álbum Taller. 

 Con un aforo lleno en el que prevalecían personas  que rara vez podrían haberle visto en los garitos anteriormente mencionados, se presentó este pequeño gran hombre, tan perspicaz como acostumbra y acompañado por una soberbia orquesta de cuatro músicos que alternaron cuerdas y vientos junto a un batería de primer nivel y un coro de voces negras que garantizaba una noche de soberbia calidad como así fue.


Jamie Cullum siempre ha sido un outsider de la música, un tipo poco convencional que busca el más allá en sus funciones interpretativas, siempre buscando la variable, nunca conformándose  con la performance al uso, su inmenso talento al piano y su increíble voz, mezcla de esa juventud que parece no extinguirse jamás y ese punto canalla, frívolo y seductor que le permite unos registros vocales tan propios y reconocibles.


Quizás por estos alardes de talento a raudales en los que parece enloquecer al piano buscando las cuerdas del instrumento y probando bases rítmicas como si de un contrabajo se tratara o tocando una difícil pieza con una sola mano, no es tomado en serio por los grandes puristas del jazz, a los que parece desubicar con tanto histrionismo, tanta búsqueda del espectáculo más allá del jazz convencional, pero él se siente cómodo en sus shows, lo transmite y comunica su inconformismo así, a base de recursos rítmicos variados y rebeldes.


En esta mágica noche combinó a la perfección los temas de Taller, un álbum más funk rock  que de costumbre, sus temas fetiche más populares y múltiples versiones absolutamente entusiasmantes. Él pequeño Cullum domina absolutamente todos los registros y puede, desde aterciopelar la voz, adecuarla y convertirse en un ser íntimo y cercano con baladas al piano como Drink, For The Love o The Age Of Anxieti,  cambiar ese registro y acercarse a la máxima expresión rítmica afrobeat con Sinnerman, convertir la deliciosa Mankind en una versión gospel alucinante, hacer un guiño al mejor jazz eléctrico de ramalazos funkies con Usher o convertir el patio de butacas del Real en una `pista de baile con You And Me Are Gone. Puede incluso escoger himnos de Ray Charles, Nina Simone, Louis Prima, Frank Sinatra (o incluso una sorprendente The Man de The Killers) y hacerlos suyos con una aparente facilidad, a veces pasmosa, del que se sabe conocedor de sus amplias vertientes.


Alto nivel para una prueba de fuego en la que Jamie Cullum se adaptó con tremenda suficiencia y mejor resultado, ardió durante las dos horas de espectáculo, se mostró amable con el público ( al que dedicó una diatriba encendida contra el Brexit, acogida con regocijo), encantado con la hospitalidad madrileña pero algo molesto con las temperaturas (Madrid, you are freaking so hot, llegó a pronunciar varias veces). Una gran noche de calidad musical en la que el talentoso pianista volvió a exhibir músculo, vigor y clase, muchísima clase la de este outsider. 

Madrid, 22/07/2019 

                   Playlist del concierto
https://open.spotify.com/playlist/59eobtXpJ0sYI7VqClespj?si=r0z22XXaRv6_dMw6A_4Hww


















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