lunes, 18 de noviembre de 2019

DESCARADA ELOCUENCIA (LEÓN BENAVENTE, LA RIVIERA. 14/11/2019)









En una fría y áspera noche de Noviembre, los reencuentros en torno a uno de los mejores grupos españoles de la actualidad trastocaron el concepto invernal y lo tergiversaron de tal manera que la calidez imperó desde el minuto uno del espectáculo. Gratísima compañía la que se congregó en el famoso garito palmeril de La Riviera en la que León Benavente estrenaba su primera noche de las dos consecutivas que tenía firmadas en Madrid.

Foto: Wilma Lorenzo
 Con las entradas agotadas desde hace meses en esta gira de presentación de su último disco Vamos A Volvernos Locos,
 LB demostró una vez más su enorme calidad y solvencia.
 El carismático y descaradoa Abraham Boba, voz y alma mater
 del grupo, vuelve a dar una nueva lección magistral en un directo potente y sin artificios. Apoyados en su experiencia y veteranía consiguen dar con la tecla en este último álbum (para muchos, uno de los mejores de este año musical patrio) en el que vuelven a girar un poco más allá la tuerca del concepto electrónico. Ya no son meros guiños rítmicos, al abrazar sin titubeos las bases y efectos del sinth pop.



Con todos los ingredientes servidos para el disfrute de la descarada elocuencia y el protagonismo de Abraham Boba, León Benavente comenzó la noche con una setlist plagada de auténticos bombazos. Con la facilidad del que se siente respaldado por una
discografía brillante y animados por su presentación ante la audiencia madrileña, abrieron concierto con Cuatro Monos,
canción biográfica sobre los componentes del grupo a la que
 siguieron Amo, loa romántica y sacástica de la cotidianeidad y  Como La Piedra que Flota, procaces invitaciones de su último disco


 Más tarde siguieron los guiños al ritmo más desaforado con La Ribera y Se Mueve a la que siguió la benigna y reconfortante Mano De Santo. Guiño al pasado con  Estado Provisional y la consabida euforia que siempre acompaña a Ánimo Valiente. Volvimos a los pegadizos ritmos electrónicos con las euforizantes  Volando Alto y No Hay Miedo, para después retornar con espléndida rotundidad a otros tres hitazos de su penúltimo disco (titulado “2”),  ritmos vertiginosos para Aún No Ha Salido El Sol, Tipo D y California que tornaron en explosión colectiva gracias a otros dos nuevos bombazos de su último álbum, Disparar A Los Caballos y Ayer Salí que sirvieron de catapulta inspiradora y mágica a los pocos descreídos que aún quedaban en el recinto.

Foto: Wilma Lorenzo
Como colofón a una noche rotunda, nos brindaron tres últimas perlas para el recuerdo: La soberbia y flagelante Canción Del Daño, el sutil y directo himno grupal Ser Brigada y la inspiradora y eufórica Gloria, que remataron con nota alta un directo sobresaliente de León Benavente. Cuarteto afianzado en la élite del panorama musical y que, disco tras disco, sigue demostrando cómo su potencia rítmica evoluciona en plenitud junto al concepto de lo cotidiano como piedra angular de su propuesta poética. Una actuación soberbia para uno de los grupos más dominadores e influyentes del indie español.


LEÓN BENAVENTE (Madrid, La Riviera. 14/11/2019)
Abraham Boba: Voz y sintetizador
Eduardo Baos: Bajo y sintetizador
Luis Rodríguez: Guitarra eléctrica
César Verdú: Batería

SETLIST DEL CONCIERTO: https://open.spotify.com/playlist/5lHO2jS6MMN7qAm9NbaeMh?si=xf1r_DgATIuEL5guN50J8Q









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viernes, 23 de agosto de 2019

AKELARRE DE CULTO AL ROCK


Un miércoles de pleno Agosto, en el que  la ciudad anda desorientada tras semanas vacacionales, en un Madrid vacío y ausente solo un grupo mítico como The Cult podía conseguir llenar la Riviera de una forma absolutamente brutal. Hacía tiempo que no veíamos los aledaños del garito de la palmera tan abarrotados de gente deseosa de ver a una banda absolutamente incontestable.

Contundente sold out de los de verdad, con una sala totalmente llena en la que no cabía ni un pequeño alfiler para dar la bienvenida a una banda de absoluto culto. Público homogéneo y curtido en mil batallas rockeras se concentraba esta noche para asistir a un nuevo aquelarre de este grupazo, que nos presentaba un revival de su disco más exitoso. Sonic Temple tiene el honor de ser su disco más conocido y solo por el hecho de volver a escucharlo en directo, poder disfrutar del gran Ian Atsbury interpretando sus soberbios temazos, así como el excelente guitarrista Billy Duffy apoyado en sus míticos riffs y profundos rasgados de guitarra  auguraban una noche de electricidad y conexión bruja.

Cierto es que The Cult no son considerados una banda de primera línea mundial capaz de llenar estadios y atraer a un público más diverso, tal vez la intermitencia en su recorrido y las múltiples separaciones de esta banda británica ha frenado una expansión global a mayor escala, pero lo que es cierto es que poseen todas las armas para ser lo que son, un grupo de referencia en el mundo del Hard Rock.

Comenzaron el show con puntualidad avivando el fuego desde el principio con una perfecta selección mientras la multitud se mostraba sorprendentemente entregada a la escucha. En pocos conciertos he percibido tal muestra de respeto y concentración entre el público presente, caras de admiración y disfrute de un aforo que disfrutaba nuevamente de sus ídolos, otro año más, otro lustro más, tras más de tres décadas de recorrido 
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Fueron desgranando su homenaje a Sonic Temple con autoridad desde el principio, sonido brutal y contundencia absoluta. Aunque Ian, algo frío al principio y con algún altibajo inicial, consiguió  calentar sobremanera el ambiente para dar la bienvenida a Sun King, American Horse, New York City, Automatic Blues, la extraordinaria Soul Asylum, Eddie y la grandiosa Fire Woman. Atónitos ante la entrega de la amplia multitud presente, Ian llegó a preguntarnos: ¿Qué hace tanta gente en Madrid en Agosto?

Sin un momento de flaqueo pasamos a la segunda parte del show en el que nos ofrecieron temas de otros álbumes emblemáticos como Beyond God An Evil y Dreamtime o discazos míticos como Love Y Electric. Como si de una segunda juventud se tratara y echándose toda la Riviera a sus espaldas siguieron con Rise, American Ghotic, Spirit Walker y The Phoenix. Cuando pensábamos que la culminación estaba cercana, seguíamos echando en falta dos absolutos himnos de unos de mis álbumes favorito, el citado Love. 
 
Fue en los bises cuando la locura se apoderó de nuestros cuerpos con She Sells Sanctuary (absolutamente increíble su interpretación en directo), Wild Flower y Rain (en la que el hechizo se consumó durante la calurosa noche consiguiendo que el cielo se uniera a la llamada del culto a la lluvia y cayera un histórico chaparrón al tiempo que interpretaban la mítica canción).





Una noche mágica de aquelarre rockero en la que durante hora y media The Cult demostraron la razón de ese atavismo fanático demostrado por sus fans, sonido espectacular y temazos legendarios que forman parte del imaginario colectivo, son historia viva de la magia del rock
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Setlist del concierto:
 https://open.spotify.com/playlist/1xk4pQJp64rtf90JGYhu3r?si=LM-NFAYmQ6WWJdau44fIeA

Billy Duffy :Guitarra
 John Tempesta: Batería
Cris Wise: Bajo

viernes, 2 de agosto de 2019

EPOPEYA DE MUSE EN EL WANDA


“Desde sus comienzos, la humanidad se ha encargado de crear nuevas formas de entretener o llamar la atención. Es por esto que, luego de que el hombre evolucionara y creara su propio lenguaje, el relato de cuentos comenzara a formar parte importante en nuestras vidas.”
Esta fácil definición de epopeya viene como anillo al dedo para intentar describir lo vivido en el Wanda Metropolitano tras disfrutar del último concierto de Muse durante la gira europea de su “Simulation Theory World Tour”.

 El trío de Debon, comandado una vez más por el gran Matt Bellamy, se ha convertido por méritos propios en uno de los principales emblemas actuales de esta especie en extinción llamada rock de estadio. Fue un perfecto “Veni, Vidi, Vinci”, llegaron, vieron y vencieron sin paliativos frente a casi 55000 seguidores que rozaron el lleno en el actual estadio Atlético.


Tras años de giras casi ininterrumpidas han conseguido ocupar un puesto destacado entre las figuras actuales de la música en directo. Han entendido y aunado a la perfección lo que este mundo de followers mainstream y rockeros nostálgicos necesita. Tras muchos años de trabajadas giras, han reunido una gran legión de adeptos amantes de sus avasalladores conciertos, su calidad y sus himnos trascienden a un gran público a escala global.

La gente que ocupábamos nuestros puestos, atentos al comienzo del espectáculo, sabíamos que nos reencontraríamos con un show muy trabajado y de extrema calidad, pyero también que Muse ofrece unas espectaculares exhibiciones temáticas, dotando a sus conciertos de espectaculares performances donde la tecnología sirve como hilo conductor al desarrollo del concierto.

Gran despliegue de medios técnicos e inmensas leds dieron pie al inicio, que tras media hora de retraso, comenzó con la contundencia que les caracteriza. Setlist muy equilibrada, con magníficas propuestas del último disco en alternancia con los himnos más emblemáticos de la historia del grupo, acólitos y aficionados quedaron prendados desde el primer momento con la exhibición de fortaleza, músculo y tecnología que demostraron en todo momento, sin un leve momento de debilidad en la batalla. 

Con soltura y sin pausa alternaron una intro basada en “Algorithm”, “Pressure”,  “Drill Sergeant”, “Psycho”,” Break It To Me”, “Uprising”, “Propaganda”(adornada con una conjunto de bailarines de outfit sideral), la mítica “Plug In Baby”, “Pray”, “The Dark Side”, la arrolladora “Supermassive Black Hole”, “Trough Contagion” (colaboración de Bellamy en “Game Of Thrones”), “Hysteria”, “The 2nd Law”, una versión gospel arrebatadora de “Dig Down”,  “Madness”, “Mercy”, la mítica “Time Is Runnig Out”, “Take A Bow”, “Starlight”, la original “Algorithm” y después de un mágnífica apoteosis guitarrera acabando con el bis por excelencia. “Starlight” cerró un concierto magnífico y lleno de excelencias tecnológicas como el inmenso robot que acompañó al grupo durante gran parte del concierto y fusionó sus movimientos con los impresionantes riffs de guitarra de Bellamy.

Una verdadera experiencia musical y visual de casi dos horas de duración que dejó eufórica y satisfecha a una muchedumbre entregada. A pesar de su juventud, Muse se acerca con paso firme al Olimpo de los elegidos, sus conciertos son referencia mundial en la actualidad y la atmósfera que se respira en ellos recuerda a esas grandes reuniones multitudinarias de bandas consagradas como ACDC, Guns&Roses o U2. Hay dos factores importantes que así lo certifican, la legión de seguidores inquebrantables que asisten a sus directos a modo de ritual de peregrinaje y el número de críticos (haters) en contra del grupo. Cuando estos dos baremos crecen año tras año, es señal inequívoca de estar en la senda correcta.
 
Madrid, 26 de Julio, Wanda Metropolitano

Guitarra y voz: Matt Bellamy
Bajo: Chris Wolstenhome
Batería: Dominic Howard

                                                Playlist del concierto

https://open.spotify.com/playlist/1FLVBsHwfjjaPSZkB0Clhe?si=wAMEutLORBivvTGzcenhYw


lunes, 29 de julio de 2019

La llama de Cullum arde en el Real








                                    

                                  

Nueva cita con el talentoso pianista de pop jazz Jamie Cullum, esta vez el escenario fue mas regio que de costumbre. El teatro real de Madrid acogió esta calurosa noche de Julio a un artista con mayúsculas, dentro del ciclo Universal Music Festival.
Curioso ver a este gran músico, cantante y compositor, bregado desde joven en los tugurios de jazz de Romford y al que hemos visto en garitos como la sala But o La Riviera, rodeado de palcos aterciopelados y luminarias de alta alcurnia, para ofrecernos en esta ocasión el último trabajo después de cinco años, su álbum Taller. 

 Con un aforo lleno en el que prevalecían personas  que rara vez podrían haberle visto en los garitos anteriormente mencionados, se presentó este pequeño gran hombre, tan perspicaz como acostumbra y acompañado por una soberbia orquesta de cuatro músicos que alternaron cuerdas y vientos junto a un batería de primer nivel y un coro de voces negras que garantizaba una noche de soberbia calidad como así fue.


Jamie Cullum siempre ha sido un outsider de la música, un tipo poco convencional que busca el más allá en sus funciones interpretativas, siempre buscando la variable, nunca conformándose  con la performance al uso, su inmenso talento al piano y su increíble voz, mezcla de esa juventud que parece no extinguirse jamás y ese punto canalla, frívolo y seductor que le permite unos registros vocales tan propios y reconocibles.


Quizás por estos alardes de talento a raudales en los que parece enloquecer al piano buscando las cuerdas del instrumento y probando bases rítmicas como si de un contrabajo se tratara o tocando una difícil pieza con una sola mano, no es tomado en serio por los grandes puristas del jazz, a los que parece desubicar con tanto histrionismo, tanta búsqueda del espectáculo más allá del jazz convencional, pero él se siente cómodo en sus shows, lo transmite y comunica su inconformismo así, a base de recursos rítmicos variados y rebeldes.


En esta mágica noche combinó a la perfección los temas de Taller, un álbum más funk rock  que de costumbre, sus temas fetiche más populares y múltiples versiones absolutamente entusiasmantes. Él pequeño Cullum domina absolutamente todos los registros y puede, desde aterciopelar la voz, adecuarla y convertirse en un ser íntimo y cercano con baladas al piano como Drink, For The Love o The Age Of Anxieti,  cambiar ese registro y acercarse a la máxima expresión rítmica afrobeat con Sinnerman, convertir la deliciosa Mankind en una versión gospel alucinante, hacer un guiño al mejor jazz eléctrico de ramalazos funkies con Usher o convertir el patio de butacas del Real en una `pista de baile con You And Me Are Gone. Puede incluso escoger himnos de Ray Charles, Nina Simone, Louis Prima, Frank Sinatra (o incluso una sorprendente The Man de The Killers) y hacerlos suyos con una aparente facilidad, a veces pasmosa, del que se sabe conocedor de sus amplias vertientes.


Alto nivel para una prueba de fuego en la que Jamie Cullum se adaptó con tremenda suficiencia y mejor resultado, ardió durante las dos horas de espectáculo, se mostró amable con el público ( al que dedicó una diatriba encendida contra el Brexit, acogida con regocijo), encantado con la hospitalidad madrileña pero algo molesto con las temperaturas (Madrid, you are freaking so hot, llegó a pronunciar varias veces). Una gran noche de calidad musical en la que el talentoso pianista volvió a exhibir músculo, vigor y clase, muchísima clase la de este outsider. 

Madrid, 22/07/2019 

                   Playlist del concierto
https://open.spotify.com/playlist/59eobtXpJ0sYI7VqClespj?si=r0z22XXaRv6_dMw6A_4Hww